El 29 de enero de 1886, el ingeniero alemán Karl Benz patentó el primer automóvil de la historia: el Benz Patent-Motorwagen. Se trataba de un vehículo de tres ruedas impulsado por un motor de gasolina de un cilindro y 0,75 caballos de potencia. Podía alcanzar una velocidad máxima de 18 km/h y tenía una autonomía de 80 km.
El Benz Patent-Motorwagen fue el resultado de varios años de experimentación y desarrollo por parte de Benz y su socio August Ritter. El primer prototipo se construyó en 1885 y se probó en las calles de Mannheim, donde causó sensación y también algún susto. El segundo prototipo se mejoró con un sistema de encendido eléctrico y un carburador más eficiente.
El tercer y último prototipo fue el que se patentó y se presentó al público en 1886. Fue el primer vehículo en ser fabricado en serie, aunque solo se vendieron 25 unidades entre 1886 y 1893. El precio era de 600 marcos, una suma considerable para la época.
El primer viaje largo en el Benz Patent-Motorwagen lo realizó Bertha Benz, la esposa de Karl, en agosto de 1888. Junto con sus dos hijos, recorrió 106 km desde Mannheim hasta Pforzheim, demostrando la fiabilidad y practicidad del invento. Durante el trayecto, tuvo que solucionar algunos problemas mecánicos y repostar combustible en una farmacia.
El viaje de Bertha Benz fue una gran hazaña y una excelente campaña de publicidad para el automóvil, que pronto despertó el interés de otros fabricantes y consumidores. El Benz Patent-Motorwagen se convirtió en el precursor de una industria que revolucionaría el mundo y la movilidad de las personas.
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