El cinturón de seguridad es un elemento fundamental para la seguridad vial. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), el uso del cinturón reduce a la mitad el riesgo de muerte en caso de accidente. Sin embargo, no basta con ponerse el cinturón, sino que hay que hacerlo de forma correcta.
Los expertos recomiendan ajustar el cinturón al cuerpo una vez anclado, sin dejar holguras ni dobleces. La banda diagonal debe pasar por el centro del hombro, sin rozar el cuello ni deslizarse por el brazo. Para ello puede requerir regularlo en altura o bien la altura del asiento. La banda horizontal debe quedar por debajo del abdomen, apoyada sobre las caderas.
En este punto tenemos que hablar también de la correcta regulación del respaldo del asiento, ya que un respaldo demasiado reclinado podría favorecer el efecto submarino, que es cuando el cuerpo se desplaza por debajo del cinturón en caso de frenado brusco. Esto es muy importante de cara a la seguridad, debido a que en estos accidentes, las piernas quedan fracturadas y atrapadas bajo los pedales.
Además, hay que tener en cuenta las características de cada ocupante del vehículo. Los niños deben usar sistemas de retención infantil adecuados a su peso y altura. Las mujeres embarazadas deben colocar la banda horizontal lo más baja posible, por debajo del vientre. Las personas con movilidad reducida deben adaptar el cinturón a sus necesidades específicas.
El uso correcto del cinturón de seguridad puede evitar lesiones graves o mortales en caso de colisión, vuelco, salida de la vía o frenazo brusco. Por eso, la DGT insiste en la importancia de llevar siempre el cinturón, tanto en carretera como en ciudad, y en todos los asientos del vehículo.
El cinturón de seguridad es un gesto sencillo que puede salvar tu vida y la de los demás. No lo olvides: abróchate el cinturón y hazlo bien.
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